miércoles, 2 de julio de 2008

Así se despide a un grande



No se podía haber ido de otra manera. Daniel Alves se merecía salir por la puerta grande del Ramón Sánchez Pizjuan después de las muchas tardes en las que los sevillistas le hemos otorgado las dos orejas y rabo a su fantástico juego. Durante muchas temporadas hemos estado presentes en el mayor crecimiento que se le recuerda a un jugador por estos lares. El lateral brasileño vino siendo una promesa y se marcha siendo una estrella mundial.
Nadie le ha regalado nada, todo se lo ha ganado por sus propios méritos. Vino siendo un total desconocido, el Sevilla lo trajo cedido y posteriormente lo compro por 80 millones de las antiguas pesetas. Hoy 1 de julio del 2008 lo ha vendido por más de 30 millones de euros, las cifras lo dicen todo.
Lateral de juego genial, imprevisible y forma física envidiable, sus carreras por la banda serán recordadas muchos años en Nervión. No me es posible recordar cual fue el último partido que se perdió por lesión. Para él era inimaginable estar de baja, parase en casa un solo día en vez de entrenar no era admisible. Así es Daniel, la responsabilidad y la profesionalidad hecha futbolista.
Por si no fuera poco siempre tuvo palabras amables para una prensa que lo respetó como el se merecía.
Por todo eso y por mucho más. Gracias Daniel, mil gracias por vestir con ese orgullo la zamarra roja del mejor equipo de Andalucía.