martes, 27 de noviembre de 2007

Orgullo de ser Sevillista


No confiaba en el sevillismo de base. Desde que se fijaron los precios de los partidos de Champions mi cabreo iba creciendo día tras día. El punto álgido llegó cuando al partido siguiente tras la presentación del euroabono no escuche quejarse a la grada me fui a mi casa decepcionado. Sin creer en la masa sevillista.
Ahora me arrepiento de haber pensado así. Alrededor de 10.000 abonados sevillistas no han sacado su euroabono ni siquiera cuando bajaron los precios. Es una bofetada sin manos a la gestión de precios del presidente Del Nido. La afición se ha plantado.
Me siento muy orgulloso de pertenecer a esta centenaria institución y sobre todo a su hinchada, que ha demostrado una muestra de madurez inusual en el mundo del fútbol. Presidente vaya mirando su departamento de marketing porque últimamente no ha estado muy acertado, ha olvidado a su público objetivo, sus necesidades, sus características, económicas y sociales. En definitiva ha fallado. Se lo dice alguien que se dedica a este mundo del marketing y que se ha dado cuenta que los errores se han multiplicado peligrosamente en esta temporada.
Todavía está a tiempo de rectificar, aunque en el peldaño en el que se han subido algunos parece difícil otear la realidad. Habrá que bajar a la tierra otra vez, ¿no creen?

lunes, 26 de noviembre de 2007

Eso que lo haga el becario



Estoy cansado. Si, se que es una estupidez, pero cuando veo que algunos de mis compañeros hacen el mismo trabajo que yo y ellos cobran, y yo no, me pongo de mala leche. Te sientes inútil, a veces degradado a las funciones más ingratas por la que gente ajena a la empresa cobra, y tu lo haces gratis.
Se que tengo el síndrome del becario, que es normal y que se me pasará. Pero hoy estoy quemado, encima se me ha perdido la cartera y no la encuentro. A perro flaco todo se le vuelven pulgas.
Sólo pido un contrato. Que no termine las prácticas y que me den la patada. Que se me reconozca mi valía, que me he dejado los… currando “de gratis”. No se si existe la llamada ley del becario, pero si no la deberían inventar. Eso de trabajar sin ninguna remuneración, que te cueste a ti el dinero, no debería existir. Es injusto estás generando riqueza, ahorrando un sueldo, quitando trabajo y que no te den un triste euro con la excusa de que estás aprendiendo.
Aún así no me puedo quejar porque aquí me voy buscando mis “chanchullos” con los que me saco algo de dinero, pero una cifra irrisoria.
Bueno les dejo, que hoy me ha salido el pesimista que llevo dentro y no quiero amargar a nadie más.

domingo, 25 de noviembre de 2007

Majestad, la próxima vez se calla


Demasiados días sin aparecer por aquí. Demasiados. La verdad es que mi nuevo trabajo de “súper becario” publicista no me deja mucho tiempo para escribir, ni para nada más. Pero así es la vida del currante sin dinero, del sempiterno becario, es decir, del menda lerenda. Aunque esa es otra historia con la que prometo aburrir al personal en próximas fechas.
Lo que más me ha sorprendido en todo este mes es el tema del ¿por qué no te callas? La famosa frase con la que el rey pierde los papeles ante el payaso de Hugo Chávez.
He escuchado muchas tonterías en este país después del incidente. Lo que más me ha llamado la atención de este asunto es que se ha justificado al monarca. ¿Por qué no se admite desde los medios que a Juan Carlos I se le fue la cabeza? Si se le fue, se le calentó la boca, le hirvió la sangre, no pudo aguantar y… estalló. Pero lo que no entiende la gente, o no quiere entender, es que al rey no se le permite ser humano. Se le paga, y muy bien por cierto, para que no muestre sus emociones en público, para que se calle y deje actuar a los profesionales de la política que son los que tienen que proceder en estos casos.
He asistido con pena, y con asombro, que en este país hay miedo. Miedo a criticar a un monarca y a sus acciones, eso sí a su yerno se le puede dar, y perdonen la expresión: “La del pulpo”, por haber roto su matrimonio con la infanta. Pues bien si se le hubiera dedicado el mismo tiempo a tratar y criticar con respeto, por supuesto, la salida de tono del rey, este sería un país del que me sentiría muy orgulloso, en vez de ser una España a la que me da verdadera pena pertenecer.
Entérense todos los que le ríen la gracia al monarca. El rey se ha puesto en ridículo, así mismo y a la nación que representa, la nuestra, la de todos. Majestad, la próxima vez cierra la boquita y entre dientes jure en arameo, como se hace con los profesores que no te caen bien en el instituto, que este no es su cortijo. Usted no tiene la potestad para defendernos de nada, para eso elegimos un gobierno cada cuatro años. Así que la próxima vez: ¿por qué no se calla?