jueves, 13 de diciembre de 2007

Respeto para Caparrós



Que pensaría Joaquín Caparrós de los jugadores del Deportivo de la Coruña cuando escucho que estos estaban encantados con el nuevo juego de su equipo. Los Manuel Pablo, Sergio y compañía se han dedicado a criticar la manera en que jugaban el año pasado comparándo con éste año. Pues bien, seguro que el bueno del utrerano comprende que los jugadores son así, que mañana cuando echen a Lotina dirán pestes del vasco y de su manera de trabajar. Aún así, esto empieza a ser reiterativo e injusto.
Caparrós no es un entrenador defensivo, ¡ni mucho menos! Los aficionados sevillistas nos acordamos de los muchos días de buen fútbol que bajo su dirección nos regaló el Sevilla. El le dio la oportunidad de hacerse futbolistas a jugadores como Navas, Daniel Alves, Adriano, Puerta, y un largo etc. de jugadores que le deben mucho al utrerano.
Repasemos su trayectoria:
Clasificó al Sevilla para jugar la UEFA en dos ocasiones, además el equipo practicó un muy buen fútbol, de acuerdo que con Juande el Sevilla jugaba mejor, pero es que la calidad de la plantilla del de Pedro Muñoz era muy superior a la del utrerano, no obstante hay que recordar que el delantero titular con Caparrós era Antoñito o Aranda y el de Juande Luís Fabiano y Kanoute, no hace falta explicar la diferencia entre ellos.
En el Dépor le dieron un equipo envejecido el primer año, con el que tuvo que luchar con el ego de algunos futbolistas en plena decadencia, léase Tristán. Manuel Pablo, etc. Saco adelante el año lo mejor que pudo, dejándole en mitad de la tabla.
En su segunda temporada, rejuveneció al equipo gallego con algunos jugadores procedentes de la segunda división y de segunda b. Resultado: el mismo que el anterior con doble merito pues se le volvió a lesionar Valerón y llegó a semifinales de Copa donde se encontró a un Sevilla muy superior.
Como balance en Coruña, se lleva el haber sacado de esa cantera a varios futbolistas validos para un club que tenía las categorías inferiores totalmente olvidadas, en las que el último canterano que había aparecido fue el ya retirado Fran.
Este año ha fichado por el Atlétic, en le que se le augura un año difícil. En plena remodelación de una plantilla totalmente descapitalizada y con jugadores dudosamente válidos para una primera división demasiado competitiva para mantener, por mucho tiempo más, una filosofía como la del equipo vasco. Aún así, la temporada no va del todo mal. Ha conseguido, al igual que en Coruña, sacar a algunas promesas de la cantera bilbaína, como Susaeta, que se están haciendo un hueco en la primera división, bajo la tutela del mejor entrenador para los canteranos españoles del último lustro. Joaquín Caparrós.

lunes, 3 de diciembre de 2007

Cortos de razones, largos de espada

Me permito poner una carta del maestro Arturo Pérez-Reverte, que no es santo de mi devoción pero que a veces escribe maravillas como esta.
Eres joven y guipuzcoano, según deduzco por tu carta y el remite.Escribes como lector reciente de la última aventura de nuestro amigo Alatriste, contándome que es el primer libro de la serie que cae en tus manos. Te ha gustado mucho, dices, excepto el hecho «poco riguroso» y «poco creíble» de que una galera española estuviera tripulada por soldados vizcaínos que combatían al grito de 'Cierra España' ; en referencia a la Caridad Negra, que en los últimos capítulos combate a los turcos, en las bocas de Escanderlu, llevando a bordo a la compañía del capitán Machín de Gorostiola. Y añades, joven amigo -lo de joven es importante-, que eso no disminuye tu entusiasmo por la historia que has leído; pero que el episodio de los vizcaínos te chirría, pues parece forzado. «Metido con calzador –son tus palabras- para demostrar que los vascos (y no los vascongados, don Arturo) estábamos perfectamente integrados en las fuerzas armadas españolas, lo que noera del todo cierto.»Son las siete últimas palabras del párrafo anterior las que me hacen, hoy, escribir sobre esto; la triste certeza de que realmente crees en lo que dices. Te gusta la novela, pero lamentas que el autor haga trampas con la Historia real; la auténtica Historia que -eso no lo cuentas, pero se deduce- te enseñaron en el colegio. Así que, con buena voluntad y con el deseo de que yo no cometa errores en futuras entregas, me corriges.Debería, a cambio, escribirte una carta con mi versión del asunto.El problema es que nunca contesto el correo. No tengo tiempo, y lo siento.Esta página, sin embargo, no es mala solución. La lee gente, y así quizá evite otras cartas como la tuya. De paso, extiendo mirespuesta a la cuadrilla de embusteros y sinvergüenzas de los sucesivos ministerios de Educación, de la consejería autonómicacorrespondiente, de los colegios o de donde sea, que son los verdaderos culpables de que a los diecisiete años, honrado lector, tengas -si me permites una expresión clásica- 'la picha histórica hecha un lío'.Machín de Gorostiola es un personaje ficticio, como su compañía de infantería vizcaína. En efecto. Pero uno y otros deben mucho al capitán Machín de Munguía y a los soldados de su compañía, «la mayor parte vascongados», que, según una relación del siglo XVI conservada en el Museo Naval de Madrid, pelearon como fieras durante todo un día contra tres galeras turcas, en La Prevesa.En cuanto a lo de 'Cierra España', ni es consigna franquista ni del Capitán Trueno. Quien conoce los textos de la época sabe que, durante siglos, ése fue usual grito de ataque de la infantería española -en su tiempo la más fiel, sufrida y temible de Europa-, que en gran número, además de soldados castellanos y de otras regiones, estaba formada por vizcaínos; pues así, vizcaínos, solía llamarse entonces a los vascos en general, «a veces cortos de razones pero siempre largos de bolsa y espada». Y guste o no aquien manipuló tus libros escolares, amigo mío, con sus nombres están hechas las viejas relaciones militares, de Flandes a Berbería, de las Indias a la costa turca. Los oprimidos vascos fuisteis -extraño síndrome de Estocolmo, el vuestro- protagonistas de todas las empresas españolas por tierra y mar desde el siglo XV en adelante. Ése fue, entre otros muchos, el caso de los capitanes de galeras Iñigo de Urquiza, Juan Lezcano y Felipe Martínez de Echevarría, del almirante Antonio de Oquendo, su padre y su hijo Miguel, o de tantos otros embarcados en las galeras del Mediterráneo o en la empresa de Inglaterra. Las relaciones de Ibarra, Bentivoglio, Benavides,Villalobos o Coloma sobre las guerras del Palatinado y Flandes, los asedios, los asaltos con el agua por la cintura, las matanzas y las hazañas, las victorias y las derrotas, hasta Rocroi y más allá incluso, están salpicadas de tales apellidos, sin olvidar las guerras de Italia: en Pavía, por ejemplo, un rey francés fue capturado por un humilde soldado de Hernani, en el curso de una acción sostenida por tenaces arcabuceros vascos.
Y te doy mi palabra de honor de que aquel día todos gritaron, hasta enronquecer, 'Cierra España': voz que, en realidad, no tenía significado ideológico alguno. Sólo era un modo de animarse unos a otros -eran tiempos duros- diciéndole al enemigo de entonces, fuera el que fuera: Cuidado, que ataca España. Así que ya ves, amigo mío. No inventé nada. El único invento es el negocio perverso de quienes te niegan y escamotean la verdadera Historia: la de tu patria vasca -«La gente más antigua, noble y limpia de toda España», escribía en 1606 el malagueño Bernardo de Alderete- y la de la otra, la grande y vieja. La común. La tuya y la mía. ¡¡¡¡¡ESPAÑA!!!!!
No voy a añadir más: Símplemente magnífico.