martes, 25 de septiembre de 2007

Poderoso caballero es Don Dinero


Después de la puñalada que nos metieron con el abono de este año, el señor presidente del Sevilla y su magnífico departamento de marketing se vuelven a reafirmar en su propuesta de que el fútbol sea para unos pocos. Este deporte es, por definición, una actividad que llega a todo el mundo, que no hace distinción de clases sociales, ni estatus, pero en los últimos tiempos en Sevilla eso está cambiando. Las gradas del Ramón Sánchez Pízjuán están llenas, como en todos los estadios españoles, en su mayoría por gente humilde, en la que su única manera de desahogarse del estrés y el cansancio de la semana es ir a ver a su equipo del alma todos los domingos. Pues bien con esta actitud del consejo esto va a cambiar en Sevilla, no se puede exprimir a la gente que lleva tantos años al lado del club dejándose su alma y su dinero en pos del club. Es injusto que con el dinero extraordinario que ahora ingresa el club los socios tengan que hacer un esfuerzo casi sobrehumano para poder ver a su equipo de su alma. Lamentable señor Del Nido.
No todos los sevillistas, gracias a Dios, somos del “taco”, no vamos a Puerto Banus a veranear, ni a la Ribera Maya, sino a Chipiona y a Matalascañas, y eso los que pueden.
Usted no puede cambiar el espíritu del fútbol, no se los puede quitar a la gente de a pie y dárselo a los que nunca lo han querido. Está usted mal aconsejado señor presidente, eso es obvio, pues con un estadio de Nervión medio vacío lo único que va a conseguir es dar mala imagen del club, de su afilón, y, lo que es más importante para usted, por lo que parece, recaudar menos dinero.
Sólo le pido desde estas humildes páginas que recapacite, que se ponga en el lugar del estudiante, el albañil, el mileurista, el padre de familia, etc. y el de tantos otros a los que usted de golpe y porrazo ha quitado la ilusión de ver a su Sevilla codearse con los más granes de Europa en su querida bombonera. Que lástima, era un sueño hecho realidad, pero que con sus precios se ha tornado pesadilla. Que asco de dinero y de codicia. En fin, lo dicho, una pena.

lunes, 10 de septiembre de 2007

Dos ejemplos de profesionalidad


Ante todo quiero decir que no soy bético, sino sevillista, pero dos de mis debilidades futbolísticas pertenecen al otro club de la ciudad: Capi y Toni Doblas.
Jesús Capitán es de esas personas que escasean en el mundo del fútbol. Sencillo, humilde, trabajador y un largo etc. Muchas son las cualidades futbolísticas del camero: mediapunta con llegada, combativo y con una técnica depurada. Sólo tiene un problema, su fragilidad. Capi se rompe con mucha facilidad, aunque parece que este año lo están respetando las lesiones, y que, además, su entrenador confía cada día más en él. Pero, los que conocen a Capi sabrán de lo que estoy hablando. Él es un bético con mayúsculas, de los que su único anhelo era jugar en su Betis, el equipo de sus sueños. Por eso, aunque soy sevillista, me alegré por ese gol que marcó al Levante, porque las buenas personas se merecen tener suerte, y Capi lo es.
El segundo de ellos es Toni Doblas. Un currante de esto del fútbol. Personaje que deja huella allá donde esté, carismático, inteligente y buen profesional. A este periodista metido a futbolista no le están tratando bien desde su amado club. Tiene el mismo contrato que el de un canterano recién salido, estilo al anterior de Juanito. Según Lopera, cuando terminó su primera temporada en la elite, Doblas debía demostrar otro año más que era el magnífico portero que llevó a ganar una Copa del Rey y a quedar cuarto a su equipo, que no fue un espejismo. Ya ha pasado ese año y Toni sigue sin renovar, con un contrato por objetivos, con un fijo de chiste para un jugador de su valía, pero él no se queja.
¿Y después se lamenta de que sus jugadores se quieran ir a otros equipos? Lo primero que tiene que hacer es hacer contratos dignos a los canteranos, a los que son béticos de verdad. Los que dan la cara en este equipo. Los que cada día acuden a entrenar a una ciudad deportiva que da vergüenza, que parece la de un equipo de Tercera. Para crecer, como otros equipos bastante cercanos lo han hecho, tiene que invertir, señor Lopera; mejorarles las condiciones a algunos jugadores que tienen contratos leoninos, que viven de las primas, de sus famosos ‘petisús’ y mejorar las instalaciones en las que se ejercitan sus profesionales. Además de otras muchas otras cosas que ni ha hecho, ni hará. Lo siento por mis amigos béticos pero esto tiene muy mala pinta...

sábado, 8 de septiembre de 2007

¡Grande Pavrotti, grande!


Hoy los que están en el cielo tienen un privilegio. Están viendo subir desde aquí a uno de los mejores cantantes de opera de todos los tiempos. Me imagino a todos con sus túnicas blancas esperando a que llegue él, el grande, Luciano Pavarotti. Todos se agolpan a la reja de la entrada de la puerta que custodia San Pedro, ninguno se quiere perder su llegada. Cuando su gran figura aparece la multitud estalla en una ovación atronadora, ¡al fin llegó el tenor del pueblo!
Otros grandes de la música han ido a ver su llegada; están Mozart, Wegner, María Calas, Beethoven, Freddy Mercury, John Lennon y un largo etc. de los más grandes relacionados con la música. Algunos le conocían de antes, otros le saludan hoy por primera vez. Con agrado le comunican que el que manda en el cielo ha programado un concierto para ver en acción al gran Luciano.
Desde lejos un cordobés que lleva poco tiempo en el lugar, aunque ya es muy apreciado, se acerca a saludarlo y a demostrarle su admiración. Después de una breve charla, el andaluz, con esa poca vergüenza que nos caracteriza, le pide un favor, que alegre el corazón de su familia con su música, porque hoy hace un año que él falta y seguro que están tristes. Pavarotti hincha sus pulmones de aire y canta el Nessum Dorma como nunca, la letra de la música traspasa las fronteras de la vida y la muerte y llega a los corazones de sus familiares y amigos, que al oírla se sienten un poquito más aliviados y reconfortados para afrontar el primer aniversario de su muerte. Gracias papa por convencer a Luciano. Disfruta de su música en directo en el teatro de las nubes, por cierto, te echamos de menos. Un beso, Miguel.