Tengo un amigo...

Tengo un amigo que es de las personas más enigmáticas que casi conozco, y digo bien “casi conozco” porque a una persona como él nunca se la conoce del todo. Es difícil que te abra su corazón, que diga lo que piensa, que te diga que está haciendo con su vida en este momento, él es así. Celoso de su intimidad al máximo, porque nadie que el no quiera tiene que enterase de lo que hace o deshace con su vida. Muchas veces bromeamos con el coche que aparecerá hoy, sinceramente he perdido la cuenta, y con lo que llevará dentro. Si lleva una caja de herramientas: no preguntes; si lleva un cadáver en el maletero no preguntes. Esto último por supuesto es broma.
Sólo el sabe la de problemas que ha tenido que sobrellevar en casa, las penurias que han pasado y que sólo algunos privilegiados conocemos, porque además de ser un buen amigo es un gran hijo y un buen hermano.
El es lo que se dice un currante, un manitas. Ha ganado mucho dinero, pero no tiene nada. Para él un regalo de un amigo es un verdadero tesoro, no se me olvidará el día que mi anterior pareja y yo le regalamos un cinturón por reyes, en agradecimiento por habernos reconciliado, se quedo sin habla y vi que se emocionó un poco, lo recuerdo con un nudo en la garganta mientras escribo estas líneas, le hicimos feliz por un rato y recordar que los reyes magos existen.
Pues bien mi amigo ha tenido suerte al fin, ha conseguido un buen trabajo, que le va a permitir realizarse profesional y personalmente después de años de busqueda. Me alegro muchísimo, si hay alguna persona que se lo merezca es él.
Esto es un pequeño reconocimiento a uno de mis mejores amigos, la mejor forma que he encontrado de decirle felicidades y te lo mereces, ya era hora de que las buenas personas tengan suerte.
Espero poder trabajar juntos algún día para poder realizar uno de esos proyectos locos que hemos montado sobre las nubes, en una de nuestras eternas charlas sobre lo divino y humano.
Un abrazo